Mujeres intrépidas, cuyos nombres no gozan de la misma popularidad que sus colegas masculinos, pero que conquistaron lugares y empresas inéditos hasta el momento contra todo pronóstico -y tradición-. Historias de emprendimiento, búsqueda o exploración, como la de Gudrid, la vikinga que llegó a América mucho antes de que Colón naciera. O la botánica Jeanne Baret, la primera mujer en circunnavegar el mundo, disfrazada de hombre, en el siglo XVIII. En su trayecto logró recopilar hasta 6.000 muestras de especies vegetales.
Lee la noticia completa en La Vanguardia.